El ascenso a mando intermedio o directivo, muchas veces se decide por conocimientos de la materia o méritos, pero sin formación en habilidades para directivas. Es decir, somos expertos en nuestra materia, pero nadie nos ha formado en llevar equipos.
Este es el principal error de muchas compañías con las que trabajo. Lo más complicado en estas funciones, es saber liderar personas.
Y es el aspecto clave para que el departamento o área funcione, los objetivos se cumplan y más importante, tengas al equipo motivado, cohesionado y feliz.
Sí feliz, porque la felicidad es productiva.
Un buen líder es el que sabe qué pasa en el equipo y el que se preocupa por sus colaboradores.
Te dejo 3 claves para liderar equipos de manera sencilla y clara:
1.- Humildad
El líder debe ser humilde y entender que el primero que debe aprender a diario es él/ella.
Debe entender que los errores forman parte del día a día, y que trabajar para minimizarlos, no implica hacerlo de manera autoritaria o con actitudes prepotentes con tu equipo.
2.- Predica con el ejemplo.
El líder debe tener una conducta ejemplar e inspiradora.
Debe ser ejemplo de actitud, flexibilidad, empatía, compromiso y sacrificio. Pero sobretodo, debe ser buena persona.
Ante las dificultades que surjan, tiene que saber dejarse de “ tarjetitis” y ponerse a remar codo a codo con los suyos.
Y, ante los buenos resultados, saber trasladar el mérito a sus colaboradores y comunicarlo públicamente. El líder no es nada, sin su equipo.
3.- Feedback diario y empatía
Un buen líder es el que sabe qué pasa en el equipo y el que se preocupa por sus colaboradores.
Existe una sombra alargada que dice que: “ en el trabajo no se viene a hacer amigos”. Atendiendo a este mensaje el líder se tendría que ocupar sólo de las cuestiones profesionales de sus colaboradores. Nada más lejos de la realidad.
Conocer cómo están tus colaboradores, empatizar con sus situaciones y comunicarte con ellos, es una parte indiscutible de un equipo que consigue resultados y de los líderes que inspiran y son recordados a lo largo de la vida.
Además, el líder debe interactuar a diario con sus colaboradores, no siempre y únicamente para confrontar, sino también para darles valor e impulsarles a ser cada día mejores.
Un abrazo
